«La noticia de su muerte nos ha sorprendido y dejado atónitos, después de días de esperanza al volver a verlo entre la gente, con su habitual disponibilidad para acoger una mano, ofrecer una sonrisa benévola y una mirada afectuosa». Lo relata el padre Ibrahim, Vicario de la Custodia de Tierra Santa, a la Agencia Fides
Vatican News
«Estábamos en Emaús en el momento en que el Papa Francisco nos ha dejado. Recordábamos la presencia viva del Resucitado mientras el Santo Padre se unía a Él».
Ha marcado el camino de la esperanza
«El Santo Padre ha marcado el camino de la esperanza en la paz: lo ha trazado con signos, gestos y llamamientos sencillos, concretos, directos. Ha recorrido ese camino con la humanidad, como Jesús compartió el camino con los discípulos de Emaús, tranquilizándolos con su presencia. ¿Seremos capaces de volver a empezar y continuar por ese sendero?».
«Su fuerza al exigir valor y dignidad para la vida humana ha fortalecido las conciencias más tímidas; su mansedumbre ha dado seguridad y apoyo a la exigencia de verdad y justicia».
Francisco deja un mundo envuelto en la violencia
Al dejar esta vida terrenal, el Papa Francisco deja un mundo todavía envuelto en violencia y sufrimiento. Los niños que mueren con la complicidad de la indiferencia mundial, los pequeños que intentan salvarse de las llamas de tiendas precarias – único refugio que se les ha concedido – son la imagen del fracaso de la política y de la diplomacia, a las que el Santo Padre ha dirigido tantos llamamientos».