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sábado, agosto 9, 2025

Un encuentro que interpela: León XIV y Javier Milei frente al clamor de los pueblos

En el corazón del Vaticano, el Papa León XIV recibió al presidente Javier Milei en una audiencia privada que trasciende lo protocolar. El gesto, cargado de simbolismo, expone el contraste entre la lógica del Evangelio y las tensiones de un mundo herido por la desigualdad, el conflicto y la indiferencia global. ¿Qué esperanza puede surgir cuando se enfrentan el poder político y la voz profética de la Iglesia?

Una audiencia esperada, un signo de los tiempos

Este sábado, en el Palacio Apostólico del Vaticano, tuvo lugar un encuentro que podría parecer rutinario en el lenguaje diplomático, pero que, leído a la luz del Evangelio, adquiere resonancias mucho más profundas. Durante 45 minutos, el papa León XIV –nuevo Sucesor de Pedro y pastor universal de la Iglesia– recibió al presidente argentino Javier Milei, figura polarizadora y promotor de un paradigma económico radical que ha generado no pocos debates entre fieles, obispos y ciudadanos comunes.

El comunicado oficial del Vaticano fue medido, como corresponde al estilo curial, pero no por ello carente de profundidad. En él se destacó el compromiso mutuo por la paz, la preocupación por las tendencias socioeconómicas, la lucha contra la pobreza y el desafío de la cohesión social. Palabras que, leídas desde América Latina, tienen el peso de una realidad sangrante: el hambre que crece, la exclusión que avanza, los conflictos que desgarran pueblos enteros mientras la economía mundial parece rendir culto a un nuevo becerro de oro: el mercado desregulado.

El Evangelio frente al mercado: dos lógicas en tensión

Que el presidente Milei haya obsequiado al Papa dos libros del economista anarcocapitalista Jesús Huerta de Soto no es un dato menor. Expone, sin ambages, la matriz ideológica del mandatario: un rechazo visceral al Estado, la exaltación del individuo como única medida de valor, y una fe casi religiosa en las fuerzas del libre mercado. Frente a ello, la Doctrina Social de la Iglesia levanta otra voz:

“La economía debe estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la economía” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 331).

La visión cristiana del desarrollo nunca puede desligarse de la justicia social, la opción preferencial por los pobres y el destino universal de los bienes. En ese sentido, el Papa –aunque diplomático en sus palabras– representa una frontera clara contra toda forma de idolatría económica. Como escribió Francisco en Evangelii Gaudium:

“Esa economía mata. Es increíble que no se escuche el clamor de tantos, como si todo fuese normal” (EG, 53).

¿Qué significa, hoy, reforzar las relaciones bilaterales?

En la audiencia también se mencionó el “aprecio por las sólidas relaciones bilaterales” entre Argentina y la Santa Sede. Una afirmación que plantea preguntas incómodas: ¿puede haber una relación auténticamente sólida cuando se desmontan políticas sociales, se promueve la privatización sin límites y se desoye el sufrimiento de millones? ¿Qué significa para un católico argentino que su presidente se abrace con el Vicario de Cristo, mientras en su país se cierran comedores y se reprimen protestas sociales?

La Iglesia no puede limitarse a ser un actor diplomático. Su misión es profética. Como enseñaba san Óscar Romero:

“Una Iglesia que no sufre persecución, sino que está cómoda con el poder, es una Iglesia sospechosa”.

Y si bien el encuentro puede interpretarse como un gesto de apertura, diálogo y deseo de paz, también invita a que cada creyente examine qué tipo de política construimos y defendemos.

Ciudad del Vaticano, 07.06.25. El presidente Javier Milei fue recibido en audiencia por Papa León IV Foto: Vatican Media (transm. V.Sokolowicz)

El viaje del Papa a la Argentina: ¿un regreso esperado?

Uno de los anuncios más resonantes tras la audiencia fue la confirmación, por parte del vocero presidencial, de que el Papa visitará la Argentina. Aún sin fecha ni detalles, la noticia despierta esperanza y expectativa. No solo por la relevancia simbólica de que el primer Papa argentino regrese a su patria tras más de una década de pontificado, sino por la posibilidad de que esa visita reactive el alma dormida del país.

En un tiempo de grietas profundas, polarización extrema y pérdida de sentido colectivo, la presencia de León XIV puede ser una brisa del Espíritu. No vendrá a bendecir gobiernos ni a consagrar ideologías. Vendrá, como siempre, a ponerse del lado del pueblo, especialmente de los descartados, como lo ha hecho Cristo en toda la historia.

Una entrega, dos símbolos

El intercambio de regalos entre Milei y el Papa también fue revelador. Mientras el presidente obsequió un poncho de vicuña en alusión a una visita anterior del entonces arzobispo Bergoglio a Catamarca, León XIV respondió con un mosaico con la imagen de la Basílica de San Pedro. Una prenda artesanal y una imagen eclesial. Dos mundos, dos lenguajes. En el centro, el silencio elocuente de un gesto que interpela: ¿qué valores abrazamos como pueblo? ¿Qué tipo de humanidad queremos construir?

La esperanza no defrauda (Rm 5,5)

En medio de la desolación social que atraviesa gran parte de la Argentina –con jubilados empobrecidos, niños sin acceso pleno a la alimentación y trabajadores arrojados al descarte– la visita del Papa puede ser un kairós, un tiempo favorable para la conversión social. No es magia. No es populismo. Es Evangelio.

Porque como nos recuerda Laudato Si’:

“No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental” (LS, 139).

Y como tal, sólo podrá enfrentarse desde una nueva conciencia, donde el cuidado del otro, la fraternidad universal y la justicia sean el centro de toda política.


🔚 REFLEXIÓN FINAL:

Que este encuentro no sea sólo una foto para los archivos del poder ni una oportunidad perdida para la esperanza. Que la presencia del Papa toque los corazones endurecidos por la lógica del descarte. Que la Argentina, tierra de promesas rotas y sueños resucitados, reciba con fe el anuncio de una visita que puede ser semilla de unidad, de justicia y de Evangelio hecho carne.

En tiempos en que tantos buscan salvadores de mercado o caudillos providenciales, recordemos que solo hay un nombre que salva: Jesucristo. Y su Iglesia no está para complacer a los poderosos, sino para lavar los pies a los más pequeños.


📝 Fuente original: AICA.org.ar – “León XIV recibió a Javier Milei y dialogaron sobre la crisis global”.

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