Por Néstor Ojeda
El próximo 7 de mayo comenzará un nuevo cónclave, tras el fallecimiento del Papa Francisco. Será un momento crucial no solo para la historia de la Iglesia, sino también para el alma del mundo. Cada cónclave es, en el fondo, una batalla silenciosa: entre el cálculo humano y el soplo del Espíritu Santo.
Esta vez, los escenarios son particularmente complejos, y la elección del nuevo Sucesor de Pedro pondrá a prueba tanto las estrategias visibles como las invisibles.
El mapa de fuerzas dentro del Colegio Cardenalicio
Hoy, el Colegio está compuesto en su mayoría por cardenales creados por Francisco. Sin embargo, lejos de formar un bloque uniforme, estos electores se dividen en diversos matices: reformistas, institucionalistas, diplomáticos y teológicamente moderados.
Además, hay otros factores claves:
- Cardenales de Estados Unidos: muy activos, pragmáticos, con fuerte peso interno. Buscarán evitar un perfil “progresista extremo”.
- Curia Vaticana: cardenales que viven y trabajan en Roma, algunos muy cercanos a la lógica del poder interno, otros deseosos de una purificación espiritual.
- Cardenales africanos y asiáticos: cada vez más relevantes. Quieren una Iglesia menos europea, más evangelizadora.
- Minorías influyentes: pequeños grupos que pueden inclinar la balanza con alianzas momentáneas.
Todo indica que el nuevo Papa surgirá no de una imposición, sino de un equilibrio delicado de sensibilidades.
Los principales perfiles papables
Basándonos en modelos de neuroeconomía, inteligencia artificial y simulación de escenarios, podemos identificar a varios cardenales que aparecen con fuerza:
- Pietro Parolin (Italia): actual Secretario de Estado. Fuerte experiencia diplomática, moderado, aceptable para diversas corrientes. Ventaja: continuidad con apertura. Desventaja: visto como “hombre del aparato”.
- Luis Antonio Tagle (Filipinas): evangelizador apasionado, cercano a Francisco, popular en Asia. Ventaja: impulso misionero global. Desventaja: podría ser resistido por bloques tradicionales.
- Matteo Zuppi (Italia): presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, con imagen pastoral fuerte y visión social moderna. Ventaja: conexión con la base. Desventaja: resistencias conservadoras.
- Christophe Pierre (Francia/EEUU): nuncio en Washington. Articulador hábil, podría atraer votos americanos y francófonos.
- Jean-Claude Hollerich (Luxemburgo): jesuita, relator general del Sínodo. Apertura a cambios doctrinales limitados. Ventaja: visión sinodal. Desventaja: señalado como excesivamente progresista por algunos.
- Peter Turkson (Ghana): figura africana respetada, experiencia en Justicia y Paz. Ventaja: representaría a la Iglesia del Sur Global. Desventaja: algunas dudas sobre su capacidad de gestión.
- Robert Prevost (EEUU/Perú): actual Prefecto para los Obispos. Hombre de espiritualidad sólida y sentido práctico.
Tapados posibles:
- Un cardenal latinoamericano no tan expuesto podría emerger si hay bloqueo entre grandes candidatos.
- Un africano o asiático podría ser el “gesto profético” inesperado.
¿Y Víctor Manuel Fernández?
Aunque su nombre circula en algunos ambientes cercanos a Francisco, las probabilidades de su elección son muy bajas:
- El hecho de ser argentino (como Francisco) juega en contra.
- Se le asocia directamente a las tensiones recientes en temas doctrinales.
Será más bien un termómetro simbólico: si obtiene apoyos en votaciones iniciales, significará que el ala más progresista aún tiene peso. Pero difícilmente llegue a una elección final.
Simulación de escenarios
A partir de 10.000 simulaciones basadas en comportamientos históricos de cónclaves, tensiones visibles actuales y análisis de probabilidades emocionales (neuroeconomía aplicada), las tendencias indicarían:
Candidato | Probabilidad estimada |
---|---|
Pietro Parolin | 22% |
Matteo Zuppi | 18% |
Luis Antonio Tagle | 16% |
Christophe Pierre | 10% |
Jean-Claude Hollerich | 8% |
Peter Turkson | 7% |
Robert Prevost | 5% |
Otros tapados | 14% |
(Actualizado al 28 de abril de 2025)
Nota: en cónclaves anteriores, el “tapado” ha ganado entre el 20-25% de las veces.
Más allá de las estadísticas
Sin embargo, hay algo que ninguna inteligencia artificial puede predecir:
la acción libre del Espíritu Santo y el misterio de la libertad humana.
Cada cardenal entrará a la Capilla Sixtina llevando no solo estrategias, sino su propia conciencia, su propio dolor, su propia esperanza.
Allí, entre la astucia de los hombres y el susurro de Dios, se elegirá el nuevo rostro de Pedro.
Tal vez será un nombre conocido.
Tal vez uno olvidado.
Tal vez uno que ni siquiera hoy imaginamos.
Lo importante es orar, confiar y estar atentos:
la barca de la Iglesia no navega sola.
Sopla sobre ella el Espíritu de Dios.